“Coincidir con una persona, mental y emocionalmente, es una suerte, una sintonía asombrosa y casi siempre inexplicable”. Walter Riso
Es ese sentir, es ese cómo puede ser , es la química , la física, la energía?- se preguntó Roberta Watson.
Todo se dio de repente, nos separan dos o tres mares, otro continente, diferencia de edades y de prioridades pero mismo así coincidimos nuevamente después de muchos años.
Fueron casi nueve semanas y media, todo comenzó con un – te conozco? y de ahí en más, diariamente, a cada momento, nos escribíamos como dos pendejos, como dos enamorados, riéndonos , contemplándonos, sosteniéndo, abrazándo y deseándonos en sueños.
Somos parecidos, aprendiendo cada día uno del otro y es mágico, una conexión muy profunda que pocas veces se da, ambos amantes del mar.
Él le dijo un día ; Una de las cosas que mas me gusta en la vida es el mar. El mar es a veces calmo, otras agitado, a veces violento, otras te acaricia.
El mar es vida, es paz pero también profundidad que da miedo y ansiedad.
Me di cuenta que sos como el mar y por eso me gustas.
Debería estar allá donde lo quiero y no acá donde lo extraño.
Hoy queda esa profunda amistad, el saber que está,sin la necesidad de escribir a cada rato, ese amor platónico queda en mi alma para siempre.
Es un recuerdo imborrable, es parte de tu historia Roberta , inexplicable , recíproco, una especie de despedida.
CHAU CHAU (de los tuyos)